Un accidente con una bicicleta, una caída, una mordedura de un animal o una enfermedad fortuita en el extranjero pueden arruinar tus vacaciones.
Por eso, viajar protegido es algo de lo que cada vez tomamos más conciencia
Un percance puede cambiar el destino de tus vacaciones.
Viajar lleva aparejados riesgos y son muchos los imprevistos que pueden acontecer cuando nos desplazamos. A pesar de que los viajeros sean los protagonistas de sus propias incertidumbres, los seguros de viaje ayudan a resolver percances y minimizar los riesgos, además de aportar un aporte económico en caso de que nos tengamos que hacer cargo de determinados gastos médicos. Por ello, cuando nos desplazamos al extranjero, es conveniente saber de antemano si la Seguridad Social nos cubrirá los gastos médicos en el país de destino en caso de sufrir un percance.
Un accidente con una bicicleta, una caída o una enfermedad fortuita en el extranjero pueden arruinar tus vacaciones, de ahí que al salir de casa con un seguro de viaje no se convierta en una garantía de que no te vaya a ocurrir nada, pero sí de hacerlo de forma más protegida.
No obstante, hay que mirar con cuidado los condicionados generales, porque los seguros de asistencia en viaje no cubren absolutamente todo lo que nos pueda pasar, aunque sirvan de colchón ante muchas eventualidades.
“El precio de un buen seguro no suele superar el 5% del coste del viaje, por esta cantidad es enorme la tranquilidad que se gana. Uno no sabe cuánto puede ser de grave que tengas un contratiempo en el viaje hasta que sucede, la operativa para resolverlo puede ser muy complicada, pero desde el punto de vista económico también puede ser grave, hablamos en algunos casos de costes que pueden ser superiores a 100.000€, incluso. Dejar esto en manos del azar y de nuestro bolsillo, por el importe que supone el seguro, no tiene mucho sentido”, apunta Raúl Pérez, responsable de Asistencia en Viaje en Territorios de ARAG.
FIJARSE EN LAS COBERTURAS DEL SEGURO SE VUELVE IMPRESCINDIBLE
Existen gran variedad de seguros de viaje y de asistencia en viaje y de coberturas también, pero las más comunes suelen ser la asistencia médica, los traslados y la repatriación, los problemas con el equipaje o los gastos de cancelación. “Cada vez la oferta es más amplia y con capitales más elevados, se van añadiendo coberturas nuevas a los productos y mejorando los redactados de las mismas en base a la demanda y evolución de los mercados”, añade Pérez.
Los problemas relacionados con la salud son los que más preocupan a los viajeros. Tal es así que, según este experto, las coberturas que más utilizan los asegurados cuando se encuentran fuera de casa -sobre todo en el extranjero y de vacaciones- son los gastos médicos, seguidas por las de gastos de cancelación, traslados, equipaje o demoras. En caso de que el viaje se realice por España, Pérez apunta a los gastos de cancelación como la cobertura que suele ser más utilizada.
“No obstante, si el viaje es especial como, por ejemplo, para practicar esquí, los asegurados utilizan también otras como el rescate en pistas, junto con la atención médica en pistas por accidente”, añade. Y, aunque son menos conocidas, algunos seguros de viaje cuentan con otras prestaciones como la recuperación de datos, la transmisión de mensajes urgentes o el adelanto de fondos.
Una cuestión desconocida es que las tarjetas de crédito suelen incluir seguros de asistencia en viaje, de tal forma que es aconsejable conocer qué coberturas tenemos y cuáles son sus límites económicos.
LO QUE NO TE CUBREN LOS SEGUROS DE VIAJE
Al contratar un seguro no hay que confiarse: no todo está cubierto cuando viajamos, aunque siempre dependerá de las prestaciones y del seguro que hayamos adquirido. Entonces, ¿qué es lo que no suelen cubrir los seguros de asistencia en viaje? Raúl Pérez hace referencia a exclusiones o hechos comunes como, por ejemplo, los siniestros derivados de acciones bélicas, las competiciones, las enfermedades preexistentes (exceptos en casos de urgencia vital), los actos terroristas o el hurto en el caso de los equipajes.
Aunque pueda parecer obvio, los accidentes que ocurren como consecuencia de guerras o motines también están excluidos. En este sentido, muchos condicionados generales descartan directamente los siniestros derivados de estar presentes en zonas bélicas (excepto que se pueda demostrar que no tiene relación con esto). Incluso hay entidades que cuentan con listados de lugares que quedan fuera de cobertura.
También las exclusiones pueden hacer referencia a enfermedades preexistentes que se padecían antes del viaje e incluso algunos condicionados generales especifican que está excluida la malaria. Del mismo modo, la participación en apuestas o desafíos, practicar boxeo, artes marciales o actividades como la espeleología o deportes de aventura también se escaparían de la cobertura, así como rescates en la montaña o el desierto.
Los gastos de gafas y lentillas, al igual que la adquisición o reparación de piezas ortopédicas también suelen quedarse fuera. Hasta hay algunos seguros que tampoco cubren el hurto de joyas, dinero o documentos cuando se encuentren en tiendas de campaña. Por esto, informarse bien de las coberturas que tenemos antes de viajar se convierte en tarea imprescindible y garantía para que no nos llevemos ningún susto.
